Dejo el aikido

El aikido está bien porque no hay combate, no hay competición y creo que es más difícil hacerse daño que practicando otras artes marciales.
Sin embargo hay trabas para su práctica. Debe de ser que alguien plantó una mala semilla de aikido hace muchos años en España y el árbol ha salido podrido.

No sé qué les pasa por la cabeza a los aikidokas, que me da la impresión de que están todos transtornados. Últimamente no he parado de oír sandeces de gente que se las da de ser herederos del más genuino aikido de la historia, del arte marcial y filosofía más incomprendida, que nunca podrá llegar a algo parecido a un "gran público" por todos los valores que conlleva, con su disciplina y su sumisión.

 



 
 




El caso es que he llegado a la conclusión de que la gente que practica aikido, al menos en el ámbito que me rodea, Colmenar Viejo, está totalmente loca. Se hacen pajas mentales cuando cualquier otra persona viene a practicar a lo que ellos llaman "su territorio". Parece una película de chinos o japoneses, de mafiosos que tienen el monopolio montado en una plaza concreta y que cuando llega un individuo nuevo con la intención de hacerse un hueco, más grande o más pequeño, más ambicioso más modesto..., les entra la necesidad de expulsarle y menospreciarle.

He llegado a la conclusión de que tanto los veteranos, gente con más de 20 años de práctica, como la gente "más novata", como a los primeros parece gustarles denominar a los inexpertos de 4 ó 5 años de práctica, están todos pirados. Están totalmente locos. Hablan de respeto. Piden respeto. Exigen respeto. No saben qué es el respeto. Exigen de todo y no ofrecen nada.

La metodología es una mierda. Yo llevo 2 años y tengo que enseñar a los que llevan 5 años. ¿Qué cojones pasa con el método de enseñanza?
Entra gente nueva y dura un día porque sólo ven kokyu nage donde el uke tiene que colaborar mucho y tirarse directamente por los suelos. Se piensan "¿Es esto un arte marcial? Me voy a apuntar a kickboxing, que sé que dar hostias funciona y no esta mierda".

Sin randori, sin intensidad, sin variedad técnica, sin aplicaciones a la defensa personal no hay arte marcial que valga y la gente lo ve.
Consecuencias: no va nadie a clase. No hay grupo y yo, que me lo tomo en serio, me aburro.

Me aburro y además me tengo que tragar las charlas de "no me respetan, no voy a practicar, no me gusta su estilo... y voy a ver si con el tiempo desaparecen los malos de forma natural y alguien monta un grupo que me motive" o del estilo contrario como "no lo entendéis, esto no es un gimnasio, yo soy la persona a quien debéis pleitesía. Si quieres hacer algo en tu tiempo libre me tienes que pedir permiso o me mosqueo porque me faltas el respeto. No comentes nada porque me faltas el respeto. Esto no es un diálogo y tú eres una mierda para mí porque quien me importa es mi maestro, haga las gilipolleces que haga. Por cierto, págame la cuota de asociación al chiringuito de mi maestro, que el hombre también tiene que vivir... pagar esta mierda te dará derecho a un seguro de accidentes deportivos que no sabemos si está contratado, pero puedes decir que tienes seguro, oye".

Ante tanta mierda, y para no acabar tan contaminado como esta peña, decido dejarles y dedicarme a otras cosas.
Es tiempo de emprender nuevos proyectos... Bunkai, grappling, kyusho/dim mak, defensa personal, chin na, karate, jiu jitsu...
Artes marciales no faltan.

Tal vez hasta cree mi propio estilo, que ya tengo suficiente material de estudio...




  

2 comentarios:

Anónimo dijo...

que paso sensei, se demoro dos años en darse cuenta, jajaja.

yo me demore 6 meses y me fui al jiujitsu, hoy hago vale tudo.

edu
ecuador
sud america

Arturo Gonzalo dijo...

La verdad es que como actividad física el aikido que hacía antes no estaba mal para la gente que ya estábamos algo mayor y nos gustaba seguir metidos un poco en el rollo marcial.

Lo malo vino después cuando los profesores creyeron haberse convertirse en líderes de una especie de secta. Increíble pero cierto.

Afortunadamente luego vino el cambio de profesores y he podido progresar mucho más.

De hecho, aplico el aikido a las artes marciales mixtas. Los principios del aikido encajan muy bien en la lucha en el suelo. A más de uno le he dado la vuelta con un ikio o me he escapado de algún intento de estrangulación con un sankio...